¿PUEDO SER SALVO COMO EL LADRÓN EN LA CRUZ?
En el transcurso de estos años, he podido estar en
diferentes conversaciones donde uno de los comentarios que han hecho las
personas es “yo cuando esté a punto de morirme pido perdón y ya soy salvo”
Estos comentarios existen en pensamientos errados por muchas personas que
mencionan que un hombre puede ser salvo de la misma manera que el ladrón en la
cruz hoy, siendo uno de los graves errores que se puede caer cuando solamente
decimos “es que Dios es muy bueno” “es que no le dio tiempo de
bautizarse” sin considerar lo que realmente la Biblia dice al respecto y
haciendo una interpretación correcta.
La creencia errada se basa en que así como el ladrón
en la cruz fue perdonado en los últimos momentos de su vida, de la misma manera
lo puede ser cualquier persona que se encuentre en agonía, en un hospital, en medio de
la calle por una balacera sin haber obedecido el evangelio siendo bautizado
bajo la autoridad de Cristo para el perdón de pecados. Este texto como muchos
otros de la Biblia no se han apreciado como realmente debe ser, sino que se ha
incurrido a sacarlo de su contexto para crear una gran controversia y un grave
error doctrinal. Si considero dar una respuesta a la pregunta ¿Puedo ser salvo
como el ladrón en la cruz? de forma breve seria NO. Es aquí donde la pregunta a
tomar en cuenta también es ¿Por qué no? Tome en cuenta el texto base para poder
comprender de lo que se habla y algunos puntos que debemos tomar en cuenta para
tomar con seguridad la respuesta.
Veamos el texto:
“Uno de los malhechores que estaban colgados
allí le lanzaba insultos, diciendo: «¿No eres Tú el Cristo? ¡Sálvate
a Ti mismo y a nosotros!». Pero el otro le contestó, y reprendiéndolo,
dijo: «¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena? Nosotros
a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos;
pero este nada malo ha hecho». Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando
vengas en Tu reino». Entonces Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy
estarás conmigo en el paraíso».” (Lucas 23:39-43/NBLA).
Este texto es utilizado para hacer dicha
mención. Este evento también lo encontramos en (Mt 27:44; Mr 15:32; Jn 19:18),
sin lugar a duda Lucas nos da un mayor panorama para apreciar este
acontecimiento y poder hacer el comentario que necesitamos hoy. Cuando nosotros
vemos este texto debemos considerar lo siguiente para no caer en el error de
pretender que la salvación se puede obtener sin tener que pasar por las aguas
del bautismo hoy. A continuación, veamos los siguientes puntos:
Primero: el contexto y el tiempo; Debemos entender que en el
tiempo que acontece y en el que Jesús se encuentra es bajo la ley del antiguo
pacto que fue en el tiempo en que Dios envió a su Hijo, nacido de mujer,
considere Gálatas 4:4. Debemos entender que la ley del nuevo pacto todavía no
estaba en vigencia para este tiempo. Era necesario que la sangre de Cristo se
derramara y se diera su muerte. Podemos ver las palabras que utiliza el
escritor del libro de los Hebreos inspirado por el Espíritu Santo que dice lo
siguiente:
“Por eso Cristo es el mediador de un nuevo
pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la
redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto,
los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde
hay un testamento, necesario es que ocurra la muerte del testador. Pues
un testamento es válido solo en caso de muerte, puesto que no se
pone en vigor mientras vive el testador. Por tanto, ni aun el primer pacto
se inauguró sin sangre.” (Hebreos
9:15-18/NBLA/ Énfasis añadido).
Es claro que en el momento que Jesús le
hace la promesa al ladrón (Malhechor), fue estando bajo el Antiguo Testamento,
puesto que no estaba vigente el nuevo pacto, pues en ese momento no había
muerto. Por esta razón, y solo usando esta, nos vamos a dar cuenta de que no
podemos usar este texto para decirle a una persona en su último suspiro que se
arrepienta y Dios lo va a perdonar. Otro punto importante es que, si una
persona le dice esto a otra persona a punto de morir, debemos entender que son
palabras suyas y no palabras de Jesús, Jesús mismo le hizo esta promesa a él.
Por lo tanto, si cualquier persona dice que puede ser salvo de la misma manera
que el ladrón en la cruz debe considerar todo el texto: Que estaba
en la cruz, a la par estaba Jesús, el nuevo pacto no estaba vigente aun, y que
Jesús estando a la par le hace esta promesa. El ladrón en la cruz
vivió y murió antes que Jesús muriere y el nuevo pacto se estableciera. Para
ese momento en que Jesús está en la cruz, las palabras que le dijo a este
hombre salieron de la misma boca de él. Por lo tanto, concluimos en este punto
que Jesús no le va a decir esto a nadie hoy. Esto sería una contradicción a
muchos de los mandamientos que encontramos en el Nuevo Testamento y que los veremos
en los siguientes puntos.
Segundo: Los pasajes que contradicen tal acción; aparte del pasaje
que acabamos de mencionar encontramos otros donde se nos da la información, y
no solo es información, sino que es un mandamiento y se encuentra en el nuevo
pacto. Ejemplo: “El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no
crea será condenado.” (Marcos 16:16/ NBLA). Este pasaje nos da un panorama
después de la resurrección de Jesús donde comisiona a los discípulos iniciando
a que vayan a predicar el evangelio a todo el mundo, dando un mandamiento, pero
en este versículo se nos da la información de lo que el pecador debe hacer para
ser salvo. Claramente el texto presenta dos clausulas, pero si utilizamos la
primera vemos el detalle de que la persona debe creer y bautizarse para ser
salvo, por lógica entendemos que la persona cuando es bautizada es porque ya ha
escuchado el evangelio, lo ha creído, confiesa a Jesús como el Hijo de Dios, se
arrepienta y ha sido bautizado.
El detalle aquí es que la persona
debe bautizarse para ser salva, en la segunda clausula se utiliza solamente la
palabra cree, es una sinécdoque, es claro que la persona que cree se va a
bautizar, no se puede utilizar como una excusa para no hacerlo, porque el texto
no está diciendo que no deba bautizarse, la primera clausula nos da esta
información y que él que lo hace será salvo. Pero la persona que no lo hace va
a sufrir la condenación. Si vamos a otro texto como Hechos 2:38 encontramos la
palabra “arrepiéntase y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para el perdón de los pecados. “Aquí podemos ver claramente cuál
es el propósito del bautismo y es para el perdón de pecados, comprendiendo que
el bautismo es sumergir bajo agua, podemos dejar claro que cuando la persona
realiza este mandamiento en la palabra, sus pecados van a ser limpios. Pero la
pregunta es ¿Cómo una persona va a decir que se puede ser salvo al último
minuto sin ser bautizado? Hay que dejar claro que no podemos atribuirle a la
palabra de Dios algo que no ha dicho. El bautismo es un mandamiento, y la
voluntad de Dios solamente la vamos a encontrar en la Biblia. Por lo tanto,
toda persona que desea ser salva debe obedecer a este mandamiento y ser
bautizado para el perdón de pecados.
Tercero: El perdón de pecados sin derramamiento de sangre y sin el
bautismo no sirve; El mismo escritor de los Hebreos dice que “sin
derramamiento no hay perdón”. Debemos entender que el contexto de
Hebreos 9:22 nos habla de la sangre, haciendo una comparación con los
sacrificios que se hacían en el antiguo pacto, y el sacrificio de Jesucristo
demostrando que es superior puesto que solamente se realizó una vez y para
siempre, aparte de ser suficiente para quitar el pecado y traer un nuevo pacto.
El apóstol Pablo aclara en la carta de los
Romanos en el capítulo 3:24 dice que el hombre es “justificado
gratuitamente por medio de la redención que es en Cristo Jesús”, porque
cuando obedecemos la palabra y somos bautizados la sangre nos limpia claro esta
y somos declarados inocentes delante de Dios sin ningún costo que paguemos
puesto que el costo es la sangre de Cristo que fue derramando para la remisión
de nuestros pecados, nosotros solamente debemos obedecer y mantenernos fieles.
En Romanos 5:9 nos dice claramente que somos justificados por su sangre. ¿Cómo
es esto? ¿La sangre y el bautismo son para el perdón de pecados? Claro
y podemos poner dos textos en paralelo para probar esto, y son los siguientes:
Numero 1: “porque esto es Mi sangre del
nuevo pacto, que es derramada por muchos para el
perdón de los pecados.” (Mateo
26:28/NBLA/ Énfasis añadido).
Numero 2: “Entonces Pedro les dijo: «Arrepiéntanse y
sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para
perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hechos
2:38/NBLA/ Énfasis añadido)
Estos dos textos Gramaticalmente tienen
las mismas palabras, por lo tanto, debemos comprender que en el bautismo y la
sangre que fue derramada nos limpia el pecado permitiendo que nos reconciliemos
con Dios. Esto quiere decir que ninguna persona que no haya sido bautizada, la
sangre de Cristo no ha limpiado sus pecados hoy. Por ende, su salvación está en
peligro si decide depender de una oración en el último momento de su vida,
pues, la Biblia no comparte en ni un solo texto que hay que hacer una oración
para quitar el pecado sin ser bautizado.
Cuarto: La promesa al ladrón; Jesús le dice: En verdad te
digo: hoy estarás conmigo en el paraíso. Es claro que el paraíso
de acuerdo con el contexto se refiere al lugar de bendición entre la muerte y
la resurrección. Hechos 2:27 nos dice que Jesús no dejaría su alma en el Hades.
Nosotros debemos entender que Jesús cuando murió estaría en este lugar y no al
cielo, todavía. El ladrón cuando murió estuvo en este mismo lugar y en estos
momentos está ahí.
Lo que debemos considerar es que este
texto cuenta con una promesa que sin lugar a duda Jesús en ese momento se la
hace a este hombre. Si alguien toma este texto para decir que si se arrepiente
como él ladrón debe tomar todo el texto, de que va a ir al paraíso y que va a
estar con Jesús en el paraíso. Pero no es asi porque eso es un grave error
exegético y doctrinal que no aplica a nosotros hoy, Jesús no nos ha hecho esa
promesa y no va a ir al Hades a estar con nosotros. Podemos considerar otros
puntos de lo que paso y no paso cuando se le da esta promesa al ladrón. Cuando
se prometió el paraíso al ladrón el nuevo testamento no estaba en vigencia
(Heb. 9:15-17). La gran comisión aún no se había dado (Mt.
28:18-20; Mr. 16:15-16; Lc. 24:46-49; Jn. 20:20-23). El reino del Señor
aún no había sido establecido (Hch. 1:8; 2:1-4).
Quinto: Ignoraría Mandamientos y el valor de la sangre de Cristo;
cuando tomamos un texto por excusa como el del ladrón en la cruz se cae en el
error de ignorar el resto de la palabra de Dios y vuelve a todas las personas
en ignorantes. ¿Qué ignoraría? Ignoraría que los demonios creen y tiemblan (Stg
2:19) y Nuestra fe no debe de ser como la de un demonio (Mat 8:29; 25:4).
Ignoraría el bautismo en el nombre de Jesucristo, por su autoridad, no había
sido ordenado por Cristo antes de su muerte en la cruz. Ignoraría la gran
comisión dada a los apóstoles en “id por todo el mundo y predicar el
evangelio y haced discípulos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo”. (Mt 28: 18-20). Ignoraría el precio de la sangre y por ende la tomaría como
insuficiente para el perdón de los pecados (Mt 26:28; He 13:20). Ignoraría el libro de
los Hechos de apóstoles, donde se nos presenta varias conversiones. Ignoraría
que la semejanza del bautismo no fue antes de la resurrección, si no después
Romanos 6. Ignoraría el
libro de los Hebreos. Y este pasaje: “y habiendo sido hecho perfecto, vino a
ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen.”
(He 5:9 LBLA/ Énfasis). Estos pasajes y muchos más ignoraría. Meditemos en
estas palabras, no pensemos que solo decir que creo o en el último minuto nos
arrepentimos sin haber sido bautizados para el perdón de pecados podemos
alcanzar la salvación.
Sexto: La acepción de personas; Se sobreentiende que ya está
establecido el nuevo pacto, entonces y demostrando en los puntos anteriores,
que el ejemplo del ladrón en la cruz no sirve en lo absoluto, para decir que
alguien puede ser salvo de la misma manera. Ahora podemos considerar otro punto
que una persona que desee creer en ese error ignoraría y textos que la Biblia
dice, que son los siguientes:
1. Porque no hay acepción de
personas para con Dios. Romanos 2:11/ RV1960.
2. Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo
que Dios no hace
acepción de personas. Hechos 10:34/ RV1960.
3. Empero de aquellos que parecían ser algo
(cuáles hayan sido algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de
hombre), a mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me
dieron. Gálatas 2:6/ RV1960.
4. Y vosotros, amos, haced a ellos lo mismo, dejando las
amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de
personas con él. Efesios 6:9/ RV1960.
5. HERMANOS míos, no tengáis
la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas. Santiago
2:1/RV1960.
Si podemos ver estos textos, sin hacer un estudio profundo
de su contexto, en los versículos mencionados, vemos como se encuentra la
palabra o el concepto de “acepción de personas” siendo enfatizado por mi
persona. Entonces si vemos que estos textos lo dicen con claridad, como una
persona va a concluir que después de que se establece el Nuevo Testamento, se
da la orden y que está vigente el ser bautizado para el perdón de pecados como
en Hechos 2:38, y que cada persona lo debe hacer, va a decir “voy a ser salvo
como el ladrón en la cruz” o “voy a pedir nada más perdón al final, parecido al
ladrón en la cruz” recordemos: DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS todas las
personas que deseen ser salvas deben obedecer el evangelio y ser bautizados
bajo la autoridad de Cristo para el perdón de pecados.
Séptimo: Lógica,
Hermenéutica, silencio de la Biblia; Es necesario que comparta este punto, pues
si bien es cierto la lógica es muy importante, Dios es lógico, y nosotros
debemos razonar correctamente: Tomemos en cuenta que cuando tomamos un texto y
lo sacamos de su contexto, lo único que va a dar es un error, para usarlo como
pretexto y un mal pensamiento, pensemos que cuando vamos a hacer una
interpretación de un texto de la Biblia, si aquella interpretación lo que está
haciendo es contradecir otros textos de la Biblia, entonces esta conclusión de
interpretación es completamente incorrecta. Por lo tanto, debemos considerar la
importancia de razonar correctamente la Biblia y tener el cuidado para no hacer
una interpretación incorrecta.
Veamos el
siguiente texto con el que deseo culminar esta información:
“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de
Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que Dios
suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al
cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.” (1 Pedro 4:11/ énfasis añadido)
Tome en cuenta la parte que esta subrayada y en negrita
para mi siguiente comentario. El silencio de la Biblia es muy importante mi
hermano, familia y amigo y todos nosotros debemos tomarlo en cuenta, en el
sentido de que nunca el silencio de la Biblia nos va a dar el permiso, de
atribuirle algo, que Dios no ha dicho que se haga, el silencio de la Biblia no
es permisivo en el mandamiento. No podemos decir algo que un texto no dice, y
debemos tener mucho cuidado, si aquello que digamos puede poner en juego la
salvación mía o la de otras personas.
Para concluir, Razonando en la palabra de Dios, podemos
decir que solamente por medio del bautismo Bíblico somos salvos, y no podemos
usar el texto del ladrón en la cruz para decir que la salvación se puede
obtener sin el bautismo. Espero que este escrito pueda servir para cambiar el
pensamiento erróneo y nos prevenga de caer en el error y podamos ser personas más
cuidadosas en la palabra de Dios. ¿Cómo ser salvo entonces? Se ha preguntado
realmente ¿qué debo hacer para ser salvo?
1. Escuchar el
evangelio de Cristo (Ro 10:16-17; Hch 18:8)
2. Creer en el evangelio
(Mr 16:16; Hch 8:12).
3. Arrepentirse de sus
pecados (Hch 3:19; 17:30).
4. Confesar a Cristo
como el Hijo de Dios (Hch 8:37.
5. Ser bautizado para el
perdón de sus pecados (Hch 2:38; Mt 28:18).
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Cel: +(506) 8364-1333.
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