MÁS QUE UN OBJETO DE BURLA Y DESPRECIO

 

Hace muchos años en mi infancia, muchas de los niños molestaban a un compañero en la escuela por utilizar lentes, para ese tiempo eso era gracioso para muchos; hacían muchos chistes, apodos, comentarios desagradables, era algo que provocaba en aquel niño que utilizaba lentes; dolor, tristeza, sentir el desprecio de los demás. Me puedo imaginar cómo su mente se debía de preparar para saber que en el momento que entraba a su clase, iba a recibir toda clase de palabras ofensivas de sus compañeros todos los días que iba a la escuela.

 Podemos imaginarnos la vida y el desarrollo de este niño, ¿Cuáles eran los pensamientos dirigiéndose a su casa con sus padres? ¿Qué hacía para cambiar esos comentarios desastrosos en algo bonito? ¿será que se lo contaba a sus padres para desahogar su dolor? Me puedo imaginar cómo los Padres podían darle palabras de aliento al niño, para que no se sintiera mal, y comprendiera la gran necesidad y la importancia de usar lentes para su desarrollo, que para ese momento otros niños no podían comprenderlo. Por otro lado, me puedo imaginar como muchos de esos niños carecían de conocimiento para comprender la importancia de esos lentes, y como a lo largo de la historia, conforme iban creciendo, podían entender la importancia que conlleva unos lentes en una persona que poco a poco su vista se va degradando, o perder la habilidad en cierto grado para leer, la vista larga o corta, etc. Con esta historia me puse a pensar en cuantas áreas esto sucede, y la verdad son “muchas” y no solo en la niñez. Esto pasa mucho en los cristianos, en los predicadores, en los servidores de Dios pasa constantemente.

             En la vida de los cristianos, en la vida de aquellos hombres que toman su tiempo para preparar clases, para preparar sus sermones, para prepararse y salir y tocar puertas con el fin de compartirles a otros la verdad, el evangelio para que lo puedan entender y con el fin óptimo de obedecerlo, No solo porque sea un mandamiento hacerlo (Marcos 16:15; Mateo 28:19), sino porque realmente hemos reconocido la importancia en nosotros y deseamos que otros lo hagan. Suele suceder que hacer toda esta labor muchas veces conlleva lo mismo, desprecio, odio, dolor, burla, maltratos, penas, y demás. Ahora esto es un solo parte, también sucede que el trabajo es muy desvalorado y esto sucede por varias razones que deseo compartir, que me han parecido muy importantes y beneficiosos para todos y ver desde un punto de vista diferente las cosas, que son las siguientes:

Las actitudes del mundo

Las actitudes negativas del mundo con las que hacen tan enorme labor muchas veces son por la idea preconcebida gracias a las denominaciones y el uso incorrecto que se le da al “pastor”. Por ende, muchas veces se confunde la idea sectaria de “un pastor” en la congregación, que en la Biblia no es así, pues, la Biblia comparte pluralidad en una iglesia local y sus cualidades que cada uno debe tener para oficiar, véase (Hechos 14:23, Tito 1:5- 7, 1 Pedro 5:1-3, 1 Timoteo 3:1-7).

            Muchas personas piensan que el evangelista es igual o los miembros de la iglesia de Cristo que realizan dicha labor, sin tomar en cuenta que estos oficios, o ministerios tienen algunas cualidades y funciones diferentes, y sin tener el conocimiento que uno es miembro de la iglesia de Cristo y que uno es solamente un servidor y evangelista de la iglesia única y verdadera, y no miembro de una secta o denominación. Sabemos que la iglesia y el trabajo de los predicadores ha sido un poco desvalorado, por el hecho de que también las sectas hacen un mal uso del culto de adoración, piden “diezmos” cosa que no es un mandamiento vigente, como ningún otro mandamiento del antiguo pacto, lo cual es un robo, una ganancia deshonesta. Véase (Colosenses 2:14) y por los espectáculos que se pueden observar. Por ende, muchos piensan lo mismo de nosotros con solo el hecho de decirles que somos cristianos sin antes analizar lo que uno es y no desean acercarse para conocerlo mejor.

La otra razón tiene que ver por las múltiples “religiones” que hay, y sujetándose a casi un dicho “tienen que respetar mi religión, hay diferentes y Dios nos ama a todos” Donde reflejan una falta de conocimiento y muy grave, pues, Dios es uno solo asi como lo es una sola fe, una sola doctrina, así como lo es la adoración, así como lo es la iglesia, y una sola religión, véase (Efesios 4:4-6). Por nombre y creencias quizás muchos dirán que existen muchas, pero para Dios solo hay una sola religión que es la correcta y ella está especificada en su palabra en doctrina y práctica.

Esto se da también por una mala interpretación en la intención cuando nosotros como cristianos llegamos, queremos darles a conocer la verdad, queremos ser un instrumento útil para Dios, para que puedan comprender el evangelio y que solo existe una religión verdadera, que la verdad es absoluta. Pero a cambio de eso, se reciben puertas en la cara, malas palabras inclusive de “religiosos”, falacias insultándose por no creer a la verdad y aceptar los preceptos de Dios como deben hacerlo y se oponen a obedecer.

 Otra razón es porque muchos simplemente no quieren dejar de vivir bajo los apetitos carnales y por ende cada vez que escuchan un predicador, o a un cristiano hablar de Dios, es algo repugnante para ellos, porque no tienen ni el más mínimo deseo de cambiar. Sin duda alguna no podemos olvidar la gran parábola del sembrador (Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9, Lucas 8:4-8), donde Jesús nos muestra cuatro tipos de mentes y una de ellas es la mente correcta y honesta que obedece la palabra de Dios con toda convicción y firmeza.

Los tratos y el sufrimiento que causan en muchas ocasiones las personas no son desde ahora, pero es algo que no deja de suceder, pero tampoco se compara con todo lo que sufrieron muchos hombres en el siglo primero de la iglesia, pero recibimos un gran consejo y aliento por las palabras expuestas por ellos, y que ellos por inspiración del Espíritu Santo nos lo han dejado como evidencia, como por ejemplo, el apóstol Pablo dice lo siguiente:

“Estando atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; Perseguidos, mas no desamparados; abatidos, mas no perecemos; Llevando siempre por todas partes la muerte de Jesús en el cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal.” (2 Corintios 4:8-11/ RV1960).       

Las actitudes en la hermandad

  Es claro que como cristianos nosotros sufrimos, por causa del evangelio, pero… ¿Qué pasa si las burlas o el desprecio y el sufrimiento procede por causa de los mismos hermanos? En primer lugar se puede caer en este error, pero no que deba ser asi. Muchos miembros de la iglesia pueden tener una mala idea del trabajo de los predicadores, sin reconocer que es un arduo trabajo y en realidad que lo es, muchas personas pueden tener la idea de pensar que el trabajo de un predicador es poco y que no merece ser remunerado. Véase (1 Corintios 9: 14), muchos han pensado que “lo único que hace es dar la clase o la prédica”.

            Otros hermanos han pensado “debe ser el obrero que tiene que hacer todas las cosas de la congregación” y no se han puesto a pensar y analizar el orden de todas las cosas, como por ejemplo una de las muchas cosas que hacen los predicadores, Pablo le dice a Timoteo lo siguiente: “Entre tanto que voy, ocúpate en leer, en exhortar, en enseñar.” (1 Timoteo 4:13/ RV1960), podemos ver un orden muy lógico y que es muy necesario.  Podemos ver que una de las grandes palabras que el apóstol Pablo le da es que se ocupe de “leer” que el equivalente del griego es “anagnōsis” Thayers comparte que tiene que ver en “un saber, de nuevo” Por lo tanto, debe ocupar el tiempo para ello, y esto es muy necesario para todos los cristianos hoy. Muchas personas desconocen el arduo trabajo que un predicador debe hacer, en cuanto a leer, para que no se olvide la información aprendida, investigar, interpretar, formar el bosquejo y memorizar para luego exponerlo, son horas de estudio, si hablamos de la predicación que se expone cada domingo y si hablamos de las clases a desarrollar, donde muchas veces se expone un tema, y para cada clase se da un gran esfuerzo, y muchas veces se expone varias veces por semana, donde cada exposición requiere horas de estudio, donde uno de los cuidados más grandes que todo hermano que desee exponer es el cuidado de no enseñar algo que contradiga la sana doctrina véase (1 Timoteo 4:15-16). Esto nos indica que debe haber un horario, disciplina, responsabilidad para hacer el trabajo con precisión (2 Timoteo 2:15), donde debemos presentarnos con seriedad y aprobación ante Dios con la exposición de la palabra, esto nos confirma que el tiempo de estudio es importante, y requiere bastante tiempo a como también lo es el evangelismo, también la consejería, ayudar a otros hermanos y demás.

Con todo esto no quiere decir que el predicador merezca ser alabado y recibir gloria, porque el enfoque que todos debemos tener es en el mensaje y no en el mensajero, sin embargo, toda la hermandad debe reconocer el trabajo que se hace, siendo un instrumento útil para Dios para exponer la palabra, para alimento y edificación espiritual. Aquí el punto es ver que es un gran trabajo y que la iglesia, pueda quitar de sus mentes todos aquellos malos pensamientos en cuanto a esta gran labor.

Otros se burlan y desprecian lo que hace, piensan que no hace nada en su diario vivir, porque ellos solo se enfocan en los treinta y cinco minutos que lo ven en el púlpito el domingo y no ven lo que hay detrás de todo el trabajo para la predicación donde no saben que muchas veces el predicador está observado durante ese mes y se pregunta ¿Qué mensaje puedo compartir con base a la palabra, para exhortarlos, animarlos, edificarles? Muchos predicadores han sufrido la burla, el desprecio, la falta de apoyo y han sido desanimados por los mismos hermanos por no tomar con madurez la labor de ellos. Y aun asi siguen adelante esforzándose, soportándolo sin que la hermandad muchas veces se dé cuenta, sé que muchos han sido como un payaso, “sonríen por fuera, lloran por dentro”. Pero a todo esto Dios nos da unas sabias y hermosas palabras a los que proclamamos el evangelio en el siguiente texto:

Tal como está escrito: ¡CUÁN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!”  (Romanos 10:15B/ LBLA/ énfasis añadido).

           Con este texto encontramos un gran aliento todos los que anunciamos el evangelio, y es que Dios reconoce nuestra labor, y están grabadas aquí, es alegría, pero la pregunta es si Dios lo hace, es porque comprende la labor y el hecho de que le estamos sirviendo a él, predicando su palabra ¿será muy difícil que los mismos miembros lo hagan? En primer lugar que anuncian otros el evangelio y en segundo lugar que valoren el trabajo de sus hermanos que se encargan de compartir la enseñanza. En 1 Tesalonicenses 5:12-13 el apóstol Pablo dice:

“Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, y que los tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros.”

Aquí este texto no nos menciona explícitamente que se hace referencia a ancianos o evangelistas que están oficiando en dicha congregación, pero si se nos da la información que Pablo les dice que reconozcan, que sean conscientes y contemplen a los que están esforzándose en medio de ellos, pues ellos se esfuerzan en animarlos para ser fieles a Dios y les comparten la enseñanza para su edificación. Debemos preguntarnos ¿los evangelistas trabajan con seriedad? ¿Lo hacen entre vosotros? ¿los instruyen? Entonces es bueno que sea reconocido, que sean estimados como Dios desea que lo sean, en una palabra clave podemos ver como el apóstol Pablo inspirado por Dios nos da en este pasaje y es que debe ser en AMOR, y la razón aquí es evidente, por razón de su trabajo por lo que hace para Dios, así como lo hace para colaborar a la hermandad y no para recibir burla o desprecio, murmuración de ellos mismos.

Las actitudes de los predicadores y todo servidor de Dios

El servidor de Dios muchas veces va a pasar por momentos que nunca ha pensado estar, pero, es de imaginarnos como servidores de Dios y conocedores de su palabra, que estamos expuestos a todas estas cosas, no porque lo hagamos mal, sino porque es parte de la vida de los cristianos, de los que predican la verdad, el evangelio confronta a las personas a tomar decisiones, y muchas veces su respuesta es negativa, se ofenden al escuchar la verdad y el que recibe los tratos es uno, aunque lo que rechazan es a Dios y a su palabra. En mis casi 6 años de ser cristiano he podido experimentar un poco de esto, así como en estos tiempos tan duros trabajando para el Señor, pero lo bueno es que hay algo para nosotros aparte de todo lo bueno que hemos hablado.

            Podemos ver los ejemplos en la Biblia donde muchos hombres de Dios pasaron situaciones adversas, desprecios por predicar el mensaje de Dios, no eran escuchados, muchos sus mismos hermanos los desalentaron inclusive desde el inicio y en el antiguo testamento, pero el mensaje de Dios para ellos era de confort y de aliento, y no solo eso, su labor ha quedado en récord para nosotros, donde podemos ver la importancia que Dios reconoce el trabajo de ellos así como nuestro trabajo hoy. Deseo compartir unos ejemplos para nosotros.   

Ejemplos en la Biblia

            Noé: un hombre que vivió 950 años (Génesis 9:29) fue un hombre que en medio de la maldad de aquella época fue obediente a Dios (Hebreos 11:7), el mismo Pedro en sus cartas habló de Noé donde menciona en la segunda carta (2 Pedro 2:5) que él fue un pregonero de justicia, donde duró 120 años aproximadamente y solo su familia se salvó entrando al arca, por la razón de que Dios estuvo con él, porque reconoció que él era un hombre justo en medio de una generación perversa y desobediente (Génesis 7:1). La pregunta es ¿por qué se habla de él en varios libros? Es por su gran trabajo, por su gran ejemplo, los hombres que escribieron inspirados por el Espíritu Santo dejaron su ejemplo plasmado en la Biblia, Dios lo reconoció, los escritores también, aunque aquella generación donde él predicó no lo hizo así, lo más importante es buscar el agrado de Dios (Gálatas 1:10).

 Moisés: fue un hombre hebreo levita, que en sus 120 años de vida, tuvo una gran preparación, fue un hombre humilde y así ha sido conocido, un siervo de Jehová, donde su nombre aparece 848 veces en toda la Biblia, ¿será importante para Dios? Claro que sí, Dios siempre estuvo con él y muchos lo citaron, por su gran trabajo para Dios; fue un libertador, un juez, un profeta y escritor, lidió con todo un pueblo. Dios se lo agradece, pero… muchos en el tiempo en que él vivió no le reconocieron su trabajo, murmuraban de él en el mar rojo (Éxodo 14:10-12), se quejaron del alimento (Éxodo 15:22-26), se quejaron contra él por haberlos hecho subir de Egipto pensando que iban a morir véase (Éxodo 17:2). Y uno de los ejemplos que para mi convicción personal es uno de los más fuertes y que describen la falta de amor y humildad del pueblo en reconocer la labor de Moisés, hablando mal de él, despreciando y sobre todo que no consideraron la autoridad de la palabra de Dios es en Números 16, un gran número de hombres, 250 aproximados reunidos para hacer el mal, atentaron contra el liderazgo de Moisés e inclusive el de Aarón. Coré y su familia buscaron lo malo donde aquí ellos se levantaron contra Moisés, contra Aarón y contra el Señor al no respetar su palabra, donde el mismo Moisés se afianzó en Dios y en su palabra (Números 16:8-12, 28). Dios reconoció su trabajo y todos aquellos hombres fueron castigados (Números 16:33-35).

Jeremías: uno de los hombres que en su trayectoria ha sido de gran ejemplo para mí y que he admirado su gran labor. Él era hijo del sacerdote Hilcías de la ciudad de Anatot, comunidad donde residían los sacerdotes en la tribu de Benjamín (Jeremías 1:1, Josué 21:18). Uno de los hombres que estuvo antes y hasta la última deportación de Judá, un joven que inició a la edad de 20 años aproximadamente y duró 40 años en su trabajo profético. Jeremías inicio en el reinado número 13 del rey Josías 626 a.C. ¡imagínese aquel tiempo! habló a los que fueron llevados cautivos y los que no fueron llevados cautivos, fue un hombre que al conocimiento que tenemos fue soltero y no por decisión propia en el sentido de que él no quisiera, sino que se le dio el mandato de no tomar mujer por la circunstancia y el mensaje que iba a dar al pueblo (Jeremías 16:1-2), pero el mensaje que él dio en muchas ocasiones fue ridiculizado (Jeremías 20:7), fue burlado, fue menospreciado, no tomado en cuenta, por más que habló nadie se quiso arrepentir, fue tirado en cisterna, también en un cepo (Jeremías 20:2).

La vida del profeta fue difícil, y lo más duro es que en sus 40 años de labor absolutamente nadie se arrepintió, nadie obedeció, él estaba “solo” en medio de un pueblo rebelde, todos lo rechazaron, muchos lo maltrataron. Una de las características más fuertes de Jeremías es sus lágrimas, y se preguntarán ¿Por qué las lágrimas? Porque Jeremías fue un hombre que amó en gran manera al pueblo y lamentó en gran manera la calamidad que sufrió el pueblo por consecuencia del pecado (Lamentaciones 2:11). Las preguntas que debemos hacernos todos los que servimos compartiendo la palabra de Dios es: ¿Estamos dispuestos a compartir la palabra de Dios toda una vida aunque muchos no nos escuchen y se arrepientan? O ¿saben cuánto amor y cuánto sufren sus predicadores por la hermandad y por aquellos que no escuchan?

Pablo: fue un gran instrumento a lo largo de la historia del siglo primero de la iglesia por su gran labor siendo un instrumento útil para llevar su nombre (Hechos 9:15) donde hace un gran eco en muchos cristianos hoy, en sus inicios en la predicación muchos quisieron quitarle la vida, pero sus discípulos lo tomaron y lo sacaron con una canasta de noche (Hechos 9:23). Pero a lo largo de la historia de su vida hasta el final no fue nada fácil, y él mismo nos cuenta su historia siendo una información crucial para nosotros. Lo que menciona en la segunda carta a Corinto es demasiado fuerte:

“Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes. Tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo. Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez.” (2 Corintios 11:24-27).

Jesús: predicó por tres años, muy importante el tiempo, tres años, pero su mensaje es para toda la vida, en esos tres años, lo despreciaron sus hermanos, Judas y Santiago eran incrédulos (Juan 7:5), lo negó un amigo (Juan 18:25), uno lo entrego a muerte (Marcos 14:43-44), los maestros judíos solo lo buscaban para tentarle, para hacerlo pecar (Mateo 16:1, Marcos 10:2). Muchos se burlaban de él, lo perseguían, fue escupido, lo vacilaron pegándole con un palo, lo torturaron de la peor manera, fue despreciado y abatido, varón de dolores, fue obediente hasta la muerte de cruz (Filipenses 2:8). y lo hizo por nosotros (Isaías 53:1-12). Nuestro Señor y salvador vivió todo eso ¿no pasaremos lo mismo?

 Sabios consejos que la Biblia nos muestra 

No avergonzarnos: Pablo como un siervo de Dios en el siguiente texto nos da un consejo impresionante y después de su larga vida, aproximadamente en el 58 d.C nos da la siguiente información: “Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.” (Romanos 1:16/ LBLA/ énfasis añadido). Pablo dice aquí la razón del porqué no sentía vergüenza; a pesar de los tratos, los golpes, desprecios, engaños, la razón es porque él sabía muy bien el significado del evangelio, Pablo sabía la capacidad, el alcance que tiene y es por el poder para salvar del pecado, por saber ese valor, les escribe a ellos, sabiendo a quien él le sirve sin importar lo que digan los demás. Aquí aprendemos algo, no debemos avergonzarnos si sabemos la verdad y comprendemos el valor del evangelio, quien aún no lo sabe y cree que lo ha obedecido y se avergüenza, es porque realmente no ha comprendido el significado del evangelio como debe ser.

Glorificar a Dios sin avergonzarnos: Pedro es uno de los hombres que Dios usó siendo inspirado por él para compartir sus palabras con los cristianos en un tiempo difícil por la persecución por el imperio Romano. Pedro dice: “Si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence si no que como tal glorifique a Dios”, (1 Pedro 4:16). ¿Por qué Pedro les dice este concejo que no sientan vergüenza cuando sufren por causa del evangelio y glorifiquen a Dios? No era fácil padecer persecución, hambre, lágrimas han sido desbordadas por muchos hermanos a lo largo de la historia, pero ¿Por qué este gran consejo? El sufrimiento muchas veces es recibido de manera injusta, Pedro mismo lo experimentó con Juan y salieron gozosos por padecer por causa de Cristo, predicar de él, por ser cristianos (Hechos 5:41). Guy N. Woods dice lo siguiente: “Sufrir "como un cristiano" es sufrir persecución por ser cristiano; y los que así sufren no han de avergonzarse (porque sufren por esta razón) sino que glorifiquen "a Dios" (alaben y honren a Él) "por ello" (es decir, por el nombre cristiano)”. Es una buena señal, de que estamos haciendo lo que debemos hacer, no para nosotros, la gloria es de Dios.

Para concluir, ¿Qué hacemos nosotros? Compartamos la verdad hasta el final y enseñemos a la hermandad a valorar el trabajo de los demás hermanos, también de los que no han obedecido, Dios desea que todos obedezcan y que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9), es una decisión que todos debemos tomar aunque muchos deciden no hacerlo. Y los que hemos obedecido y servimos aunque seamos objetos de burla y desprecio para muchos recordemos… así como el niño del inicio de este documento tuvo momentos fuertes y en medio de ellos estaban sus padres, de la misma manera todos los cristianos tenemos a nuestro Padre celestial de nuestro lado y que reconoce el esfuerzo de sus hijos, de todos los servidores, predicadores, ancianos y maestros en esta tierra. Somos más que objetos de burla y desprecio.

“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo asistido y asistiendo aún a los santos.”  Hebreos 6:10.

 

Referencias 

    Guy N. Woods (1964). Un comentario sobre el nuevo testamento epístola de Santiago /3584 Galloway Avenue Memphis, Tennessee.

     Thayer, J. Henry. (1889). léxico griego-ingles del NT. NY. HyB. 

 



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