La Oración: Un hábito constante de todo cristiano.

 

La Oración: Un hábito constante de todo cristiano.

Por Steven M. Sarmiento


“Orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).

Desde muy pequeños nuestros padres o en escuelas y colegios han brindado diferentes hábitos que son de mucho beneficio para nuestro diario vivir. Crear buenos hábitos ayudan a nuestro bienestar humano, y siempre que son dados requieren de nuestra parte cierta disciplina para que puedan llegar a ser algo constante en la vida. Debemos saber que todo hábito cuando llega a perderse es cuando no le prestamos el interés apropiado e inclusive cuando no valoramos la eficacia o la necesidad que brinda a nuestra vida y no en vano lo menciono.

El tema aquí es que la oración aunque es un mandamiento, también es uno de los puntos clave para el éxito espiritual de todo cristiano. La persona que escribe este artículo es muy joven en ser cristiano y en mi corta vida he podido observar cuán importante y beneficioso es lo que Dios ofrece al hombre a la hora de tener comunión con él, en este caso la oración ha sido para mí de gran provecho en estos días.

La oración, como mencionamos comúnmente, tiene que ver con la manera de comunicarnos con Dios. Por medio de la oración estando en Cristo Jesús y escudriñando la escritura comprendemos cómo se hace, para qué y por qué. Así que la Biblia, el libro más conocido en todo el mundo es el patrón para seguir. Ahora en esta información me basaré en el área personal, más que todo. Veamos lo siguiente:

 

El modelo escritural de la oración:

En (Mateo 6:5-15), tenemos un ejemplo que Jesús da para que consideremos cuán respetuosa, pura y de manera muy sencilla en el buen sentido de la palabra, debemos realizar la oración. La oración en base a este pasaje no es para ser visto por los demás, no es llamar la atención. Más bien Jesús le da un momento único, íntimo ¿Por qué? Bueno, estamos hablando con nuestro Padre celestial. No se trata de hacer un espectáculo y estar repitiendo como “lora” lo mismo en diferentes palabras, no es usar palabras vanas.

Debemos comprender un detalle que este pasaje nos da. Dios ya sabe nuestras necesidades, hay que orar por que Dios lo que quiere es que por nuestra cuenta se las demos a conocer. Aquí nos muestra un vínculo de comunicación valioso. Quiero recalcar algunos detalles de este pasaje y uno de ellos es que debemos dirigir la oración al Padre, entre palabras que vemos en el pasaje son específicas y no repetitivas. Así que, estas son bases para tomar en cuenta. Jesús dijo también: “todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre” Lo menciono de esta manera para realizar la oración al Padre en el nombre de Jesús como regla general.

 

La dependencia a Dios por la oración:

Creo que muchos podemos tener confianza en las capacidades que tengamos, pero el cuidado con esto es que hay alguien soberano y no somos nosotros sino Dios. Entonces es muy importante el lazo de unión que tengamos con él. En (Filipenses 4:6), el apóstol Pablo por inspiración del Espíritu Santo comparte que no hay que estar afanados, que hay que darle a conocer las peticiones en oración y ruego, pero no solamente, también acciones de gracias. Dios quiere que dependamos de él porque él es el dador de todo lo bueno (Santiago 1:17), Por consiguiente, la petición y ser agradecido debe ser siempre para Dios en oración.

La dependencia a Dios es reconocida y dada por el rey Salomón, hombre que conoció bastante de sabiduría y riquezas cuando dice: “reconócelo en todos tus caminos” “no seas sabio en tu propia opinión” (Proverbios 3:5-6), por ende, Dios quiere que pongamos en una posición real el quién es él y quiénes somos nosotros. No debemos olvidar el grado de humildad ante esta palabra sabiendo quién es Dios. Ahora, podríamos añadir que cuando oramos al Padre, nos oye cuando le pedimos conforme a su voluntad, según (1 Juan 5:14), hay una base, un estándar. Por esto mismo, no es pedir conforme a mi voluntad, es conforme a la de él, en Cristo.

 

La fortaleza espiritual por la oración:

Para tener un buen hábito debe haber varios propósitos del por qué son tan necesarios. Nuestra vida cristiana es espiritual y estamos en un proceso de vida en el que estar firmes requiere de nuestra atención, el descuido trae muchos problemas. Además, somos humanos, débiles y muchas veces enfrentamos situaciones que pueden ser difíciles. Sin embargo, cuando oramos al Dios eterno, él no se cansa, y su mente es inigualable. Así que siendo nosotros disciplinados en una oración constante podemos tener fuerzas, porque él nos las dará, según (Isaías 40:28-29), Dios tiene todo lo necesario para nosotros, pero debemos buscarle (1 Crónicas 16:11).

Somos tentados constantemente; los descuidos son peligrosos repito y recalco su importancia, tanto así que nuestro Señor Jesucristo les dijo a sus discípulos: “velad y orad para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41).  El pecado está a la puerta pero nosotros debemos hacer algo más que controlarnos y es no dejar que el deseo se apodere y lo materialicemos. Sin embargo, tener un lazo fuerte con Dios será de gran ayuda, no en vano Jesús lo dijo de esta manera.

Así que podemos tener fortaleza espiritual y la encontramos en la palabra de Dios y ella misma nos dice cómo podemos estar firmes ante las asechanzas del diablo y es vestirnos de toda la armadura espiritual (Efesios 6:11), donde en contexto nos dice: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18). No en vano Pablo inspirado lo menciona así.   

 

La sabiduría obtenida por la oración:

La oración debe ser tomarla en alta estima mis hermanos y amigos, no podemos tener duda de ella. ¿Por qué lo digo? Bueno si ha existido personas que son incrédulas y no lo hacen con fe en que al hacerlo de un buen resultado. Quiero decirles que he visto muchas oraciones contestadas y eso ha sido por la fe y perseverancia de muchos.

En las pruebas de la vida es interesante que cuando llegan podemos no estar muy preparados para actuar de forma adecuada. Santiago inspirado habla sobre pedir sabiduría a Dios y que la dará y no será poca, el pasaje es claro (Santiago 1:5). Ahora, Dios deja claro aquí que debe ser con fe, la duda en la oración no es buena (Santiago 1:6). Dios quiere que cualquiera que se acerca a él, crea en él (Hebreos 11:6).

Ahora quiero dejar en claro que esta sabiduría de cómo actuar, es Dios quien nos da los medios como tal. En su palabra la encontramos e inclusive provee los medios para poder manejar de forma apropiada aquellas situaciones en que nuestra fe está siendo probada. Sin duda alguna es un hábito maravilloso, solo no hay que dudar.

 

La efectividad de la respuesta a la oración:

Cuando nosotros tenemos este hábito no hay que desesperarnos, pero debemos ser realistas, suele suceder. Ahora, Dios ya sabe lo que ocupamos, solo que debemos considerar los puntos anteriores hasta llegar aquí. No podemos dejar pasar la oración ferviente de Elías que recalca como ejemplo Santiago y cómo enfatiza que la “oración del justo puede mucho” (Santiago 5:16).  

Podemos mencionar otros detalles más que son muy importantes para nuestra vida como cristianos, y es que cuando pasamos por adversidades muchas veces no sabemos pedir como es conveniente y en este caso no es que pidamos con malos deseos sino que por las circunstancias quizás no ponemos las palabras más adecuadas. Sin embargo, Dios sabe lo que es mejor para nosotros, conoce lo que hay dentro de nosotros y en su debido momento responderá (Romanos 8:26).

La oración es buena, siempre lo será, pero puede haber un obstáculo muy grande, y es cuando no pedimos con buenos fines (Santiago 4:3), no es para propósitos buenos. Por dar un ejemplo incorrecto: Que alguien le caiga mal a una persona y diga “voy a pedir en oración que esa persona se muera” que absurda oración ¿verdad? Pues debería pedir algo en positivo más bien.

Podemos decir que la oración es un mandamiento y un buen hábito para seguir, es parte de nuestra vida, nuestra relación con Dios, depender de él, encontrar la fortaleza y sabiduría confiando en su mejor respuesta para nuestras vidas. Por favor, no se canse de orar, créale porque nadie le dará mejor respaldo que el que Dios da.

 



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